Escribir uno mismo su historia es un simple acto, un reencuentro con metáforas, con la memoria que ha veces no regresa.
Puedo recordar cuando a los doce años paulatinamente fui dejando de oír, y los zumbidos llenaron mis días.
Para hacer insólito lo corriente, lo que está más allá de lo corriente, se dan cita voces que reflejan la necesidad de activar el pensamiento sobre la existencia humana. Pablo Coelho nos dice que cuando andamos por el mundo vamos en busca de nuestra “leyenda personal”, ( lo que no sabemos es que a medida que vivimos vamos escribiendo la historia) , y no se trata de darle fin a la magia, sino extraerla de la realidad....
Cuando terminé mis estudios de Arte, llega la primera muestra, conozco gente, me hacen crítica constructiva .Surge entonces una realidad, una convicción: la única alternativa es el Arte, ante mi se formaban las imágenes subjetivamente.
Creo, si,que el silencio en que vivía intervino para encontrar una imagen mía, así nacieron las recovas, las puertas interminables, cada sombra tenía un significado, como si tuvieran vida y ocultaran ese sonido que no me llegaba.
Yo vivía en un inquietante mundo alegórico donde lo absurdo o perturbador de las situaciones me llevaban camino a la inconciencia vinculada al complejo mundo del Arte: (Goya, Beethoven)...
es como querer atrapar “el otro lado” el más allá del final del tiempo y, sobre todo , las palabras que se fueron. Ha sido el Arte lo que pudo abrirme la puerta para entrar y conocer. El trabajo, lo cotidiano, todo lo vivido, tuvieron y tienen un fin: pintar, hacer conocer lo pintado.
Destinados como somos a ser viajeros de lo desconocido vamos concretamente hacia un destino. Creo que el Arte venció mi discapacidad, le ganó la batalla por la vida, acabó derrumbando muros, alcanzó los logros. Entre todas las crisis vividas la más difícil ha sido la causada por la discriminación : NO DEJARME ENSEÑAR, NEGARME EL LUGAR, QUEDAR FUERA DE UNA SELECCIÓN...Si me situaba en el límite de las pasiones sin saborear el ignoto mundo desconocido, me quedaba tras los muros que pintaba. Entre todas las artes la pintura ejerce una fascinación especial ante los ojos, los sentidos se dejan arrastrar por el dominio de los colores sobre el alma. Un cuadro no existe con motivo de determinada cosa, sino por sus cualidades pictóricas, por la vivencia que transmite. La técnica es el medio, el elemento. La imagen es la persona que se vale de esos decálogos secretos para hacer legibles los fantasmas de su existencia. La obra de arte tiene su música, es decir, actúa sobre los sentidos independientemente libre del contexto de su tiempo, es parte de la voluntad del artista, es su decisión irrevocable...
Entre la vulnerabilidad de mis emociones una voz me dice” busca más allá del silencio” ¿Que se puede ver? Variando los parámetros, la regla de oro para todos los que tenemos alguna discapacidad es VER o ayudar a VER con ojos interiores lo visible y lo invisible, lo inabarcable en el tiempo y el espacio, y, si se alcanza a VER, , seguir esa ruta sin claudicar jamás .
Escribir uno mismo su historia es un simple acto . Somos parte de un destino. En una vieja edición del Ulises de James Joice leí: “” el artista no se contenta con experimentar sus medios y su arte, sigue su carrera sin detenerse ante nuevos obstáculos. Si se detiene, si se imita, si descansa sobre sus obras, no se destruye solamente a si mismo sino también a sus obras cuya vida debilita poco a poco. Hay un arma oculta en toda actividad artística, la cual de la misma manera que da la vida da la muerte”” Con lo cual queda dicho que el Arte por si mismo no crea el drama: Hace falta una realidad, moral si se quiere, para que una obra sea suficientemente fuerte para transfigurarse a si misma…
Y así llegue a las puertas de la música. A lo que VEO de la música, A lo que inconcientemente percibo de ella, lo escondido tras el alma de un instrumento, esa como vida oculta que tiene...
. Y hoy, con tantos años a cuestas me digo al igual que Olga Orozco:
“Jugué mi corazón a la tormenta
Lo jugué hasta el final de la intemperie
a continuo puñal, a pura pérdida”
Y así es como fui escribiendo mi “historia “ en mi taller de Alberdi, tratando de alcanzar lo inalcanzable. Y... ¿de qué sirven las palabras? ¿ que cosa más natural que pedirle al pintor que reconstruya en su lenguaje lo que no sabe decir de otra manera? ES UN INTENTO DE GANARLE AL OLVIDO